lunes, 29 de octubre de 2007

Homenaje a "Los Liantes" 1/3



Una película escrita y dirigida (es un decir) por Mariano Ozores. Protagonizada por Andrés Pajares, Fernando Esteso y Antonio Ozores. Con Adriana Vega, Loreta Tovar, Marcia Bell, Emiliano Redondo. Música, muy buena por cierto, del Maestro Gregorio G. Segura.

Argumento: Estamos en la Costa del Sol, muy cerca de Benalmádena. En España gobierna como puede la UCD, aunque se vislumbre muy cercano su final. A nuestras playas llegan turistas de todas partes de Europa y el hecho de que se acabe de legalizar el juego permite la proliferación de casinos. ¿Cómo afrontan los españoles esta dolce vita a la que llegamos tras cuarenta años de gobierno del “otro”?

Unos deciden dejar en casa a su mujer y pasarse las vacaciones agarrado a los pechos de la primera sueca que se cruza en su camino mientras que los más pudientes, optan por derrochar sus fortunas en las ruletas y black jacks.

Y otros, pues se aprovechan de estos y aquéllos, al mismo tiempo que no dejan pasar la oportunidad de echarle el guante al material femenino que de allende nuestras fronteras llega en busca de sol y de oportunidades de catar al prototipo del macho español que tantas noches de gloria le ofrecerá.

Aquí entran los tres protagonistas de esta película. Fidel (Esteso) es un señor bajito y gordito casado con una cabaretera y que tiene un lío con una sueca rubia que para combatir el calor típico de la zona, viste una única prenda de ropa: una cinta de tenis en la cabeza.
Amador (Pajares), es un guapo y moreno donjuan que tiene locas a todas las mozas de la costa y vive en una caravana, en un claro indicio de que en España empezaba a ser un verdadero problema eso de encontrar una vivienda.
Ambos son los amigos de Eduardo (Ozores), el cerebro de este grupo de descerebrados. Nótese, antes de seguir, la maestría del guionista para indicarnos, a través de la nomenclatura de los personajes, la personalidad de los mismos. Así, Fidel es un infiel y Amador un latin lover. ¿Y Eduardo? Bien, gracias.

Estos tres señores se dedican, de mil y una formas diferentes, a dar pelotazos a diestro y siniestro a costa de los inocentes turistas que nos visitan dejándose la pasta en el empeño, de los empresarios que igual que los protagonistas intentan sacar tajada de la coyuntura o de magnates que no tienen otra cosa que hacer que gastar dinero. Para ello se convierten en cantantes, profesores de paracaidismo/explotadores de vistas panorámicas, técnicos en modernas alarmas realizadas a base de rollos de papel higiénico, epilépticos de centro comercial… cualquier negocio es bueno si sirve para sacar la tajada diaria. El centro de operaciones es el lugar donde trabaja Eduardo. Esto sería algo normal si no fuera porque durante la película, Eduardo, reflejando la situación de pluriempleo a la que se enfrentaban muchos españoles para llegar a fin de mes (para que luego digan que no era cine social) recibe a sus dos ayudantes en cuatro lugares de trabajo diferentes: la playa, un centro de lavado de coches, las calderas del aire acondicionado del casino y un taller mecánico. Este último lugar merece una mención aparte por la decoración del mismo. Mientras los personajes hablan, los espectadores pueden ir partiéndose la caja con los carteles que podemos ver colgados detrás:

- Prohibido hablar del 23-F
- Aquí se viene a liar
- Os juro que esto es un taller
- Los pagos a 90 días, adelantado
- Se prohíbe cantar

El paro, el pluriempleo, la precariedad de la vivienda, el golpe de Estado, la crisis de UCD, la sensación de algunos (entre ellos el realizador) de que con Franco (“el otro” vivíamos mejor)…Puede que Mariano Ozores se parezca tanto a Ken Loach como un huevo a una castaña, pero lo que no se pude negar es que el director español no aprovecha la más mínima oportunidad para sacar punta a la situación política y social que en esos momentos vivía el país.

(continuará...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a ver, les dejo solos una semana y me llenan esto de videos de youtube y me escriben dos posts pa deprimirse... el del funcionario y el de la amenaza fantasma.... hombrecoñoya!!!!.... menos mal que salvan la situacion con lo de la maldicion de las viejas...

en fin, que he vuelto, estoy armado y soy peligroso

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Querido nitro, eso le pasa por irse de pendoneo y de picos pardos con lagartas y lagarteranas y dejarnos aquí, tristes, solos y con la nevera llena de cervezas y palitos de cangrejo. Podemos prometer y prometemos que a partir de ahora sólo hablaremos de filosofía jungiana de la fase anal, de poesía de postguerra (no diremos cuál) y de viejas malditas que siempre que deben un euro en el carro de la compra se lo piensan dos veces, como si fuese la inversión de su vida.

Gracias por seguirnos.