viernes, 7 de diciembre de 2007

Anonimos anonimos




El anónimo anónimo se ha tomado un poleo de marca blanca para tratar de calmar su ansiedad. Quiere contenerse, pero le está resultando difícil. Para quitarse el mono, de vez en cuando envía un sms a los programas del corazón diciendo “Paquirrín, ¿qué se siente cuando arruinas una vida?” y cosas por el estilo. Eso le proporciona un instante de paz, pero no basta. Además, como escribe sin faltas ortográficas, los responsables de los programas no suelen poner sus mensajes para no elevar en exceso el contenido intelectual del mismo.

Ha tratado de curar su adicción con otros sucedáneos, como enviar notas con caracteres de periódicos recortados, pero se está dejando el sueldo en sellos y tiritas, ya que no es muy diestro con las tijeras.

Para colmo, con el maldito Domo y su estúpido identificador de llamadas, cuando contacta por teléfono a un número al azar para emitir gemidos o decir “Esto es ridículo, esto es ridículo, no lo entiendo”, no tardan en devolverle la llamada para contestarle que si no deja de tocar los huevos a esa hora de la noche, la próxima llamada que recibirá será la de la policía.

El anónimo anónimo buscó ayuda en “Anónimos Anónimos” y desde que se decidió a dejarse aconsejar, ha mejorado un poco. Pero no puede decir que esté curado del todo, porque todavía se levanta noches como ésta, completamente empapado en sudor y anda descalzo por su casa, movido por una inexplicable atracción. Como si de un adicto al chocolate se tratara, se abalanza sobre la nevera en forma de ordenador, abre el navegador y va a su página de favoritos, donde le espera la tentación.

Frente a frente, unos segundos que tardan en pasar muchas horas. Ahí afuera, el camión de la basura se lleva los desperdicios de los que sí que nos podemos deshacer. Sin embargo hay otros que se quedan ahí dentro, enquistados y van haciendo daño, mucho daño.

La mano izquierda se calienta abrazando la taza de poleo mientras que la derecha, pecadora, agarra el ratón y deja que el dedo índice haga clic en la página de favoritos, donde ésos dos imbéciles han vuelto a poner un post.

Anónimo dijo: sigo sin entender nada. Ni siquiera esa pregunta, que volvió a llegar tarde. Y todo me parece tan ridículo como vuestro blog.

El anónimo anónimo marcha a la cama, chutado y duerme como un niño. Y mañana, en la reunión de Anónimos Anónimos, comentará en público que ha recaído y todos le animarán, como se anima a los perdedores cuando han dejado la nevera vacía.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que no entiendo es cómo encontró la dirección de anónimos anónimos si nadie quiso colgar el cartel en la puerta.

Anónimo dijo...

Entré sólo para comentar lo mismo que alguien se me adelantó en hacer. Estás hablando de algo para ti muy serio y con una solución muy fácil: navegar por internet es gratuito y no está penado por la ley -todavía-, pero también es gratuito bloquear accesos a tu página desde direcciones non gratas o restringir los comentarios.
Te deseo que vuestro anónimo no vuelva a molestar y que todo siga bien.

Elsur dijo...

tener un anonimo persistente da caracter al blog, un cierto "caché", ahora se puede decir que este es un blog como dios manda....

Nitro dijo...

yo quisiera ser anonimo, quisiera insultarles y decirles las cochinadas que pienso con Ud en top. Me gustaria decirles la verdad de lo que pienso ... Todas esas cosas querría, pero por mas que lo intento no puedo poner "anonimo" sino "anonymous" y asi , claro, no se puede !!!!

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

En nuestra casa no se bloquea a nadie, salvo que venga a cobrar algo. Este post no dejaba de ser un sentido homenaje a nuestro anónimo, al que le hemos pillado cariño y sin el cual, este blog no sería lo mismo.
Tampoco sería lo mismo sin el amigo nitro. A dios pongo por testigo que de hoy no pasa: hablo con mi representante y ahora mismo le manda una foto mía con top y peineta para que vea que de todo hay en la viña del señor.

Y ya saben, aquí estamos los dos para recibir insultos, cochinadas y lo que sea menester.

Les deseamos un fin de semana ridículo y difícil de entender.

urodonal dijo...

Hola, soy Urodonal escribiendo desde el ordenador de mi cuñao. Sólo quería saludar.

Muy buen artículo, sigo bebiendo cerveza.

Anónimo dijo...

sal de aquí, creo en ti.

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Buen intento, buen intento, pero no cuela.

mewell dijo...

Muy bueno este último relato (y la foto kaptain!), y qué libertad da el anonimato, la de comportarse tal y como es uno. Y con nocturnidad, que siempre cuenta menos, como cuando estás en el extranjero.

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Aunque es cierto que el anónimo ha llegado a asustarme, cosa fácil en mi, es cierto que aporta un valor añadido al blog mola. Que seria la vida sin gente anónima y su anonimato, sea anónimo o no. A veces no la entendemos pero eso nos hace pensar y ser más personas, las que pensamos en el mismo momento, que por suerte no somos muchos a la vez, eso podría ser delito.

Así pues, como lo mío no son las letras me largo con mi cámara a otra parte.

Mewèll! un placer verle por aqui!

Kaptain RMK

Anónimo dijo...

Te deseo que vuestro anónimo no vuelva a molestar y que todo siga bien.

Anónimo dijo...

En cambio yo, espero todo lo contrario. Incluso si deja de ser anónimo/a.

Anónimo dijo...

Idem

Anónimo dijo...

Ganímedes

Anónimo dijo...

Sí. Por eso espero que pares y todo siga bien. Saludos y felices días de vacaciones y año nuevo para todos (pero cúrrate más la sustitución del anónimo)

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Los anónimos sois insustituibles, ya lo sabes. Un abrazo y cuídate, que tenemos una edad.

Anónimo dijo...

Feliz año nuevo. Me cuidaré. Tú también.

Anónimo dijo...

El abrazo que completaba el mensaje iba por otro camino, pero no sé si se despistó en el cruce de direcciones.

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Así a lo tonto a lo tonto nos hemos hecho aquí nuestro particular huequecito, eh? Sin que nadie nos moleste, es un placer encontrar cada día tu saludo.
Recibo el abrazo, lo veo y subo a tres.
¡Hasta mañana!