jueves, 29 de noviembre de 2007

Panico a una muerte ridicula



El empleado modélico se dio cuenta de que llegaba tarde a la oficina, y eso al jefe le molestaba muchísimo. Por eso aceleró y adelantó al coche que le precedía, sin darse cuenta de que por el otro carril venía un camión.

Se estrellaron y el empleado modélico murió al instante.

Su jefe, escarmentando en cabeza ajena, decidió no correr tantos riesgos. Y por eso llegó tarde al entierro.

6 comentarios:

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Disculpen ustedes si no pongo los acentos en los títulos, pero es que no se puede (al menos yo no puedo). Les sugiero que, o bien los pongan mentalmente, o bien lo lean así como suena, que hace más risa.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

es lo menos que podia hacer

Anónimo dijo...

Otras sí que hace risa, sí. Pero de momento prefiero escribir correctamente. Gracias

Julio Rey dijo...

Lo siento amigo, efectivamente Pepiño Blanco es el “kamikaze” que lleva el volante. Abrazos, el de la bombilla flotante.

Anónimo dijo...

Qué ridículo todo.

Anónimo dijo...
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