martes, 25 de marzo de 2008

El inconstante




Desde luego, tienen razón los que dicen que soy un inconstante. Y es que siempre lo dejo todo a medias. De hecho, yo era gemelos, pero sólo nací yo.

Mi vida no ha sido fácil. Quise ser jugador de fútbol, pero lo dejé cuando Michael Jordan y sus Nike Air. Luego pasé del básquet cuando me entró la vena punky, que dejé porque me dan miedo los alfileres. He sido católico, ateo, agnóstico a jornada parcial, budista, musulmán, nihilista y dependiente en unos grandes almacenes. Todo lo comencé con ilusión, pero al final lo dejé.

Tuve una época en la que quise ser escritor. Me apunté a un curso de narrativa, a uno de escritura creativa y a uno de mecanografía. Leí a los clásicos, a los contemporáneos e incluso libros que aún no se habían escrito. Pero no me decidía a escribir. Cuando no era por una cosa era por otra: que si no tenía papel, que si no tenía boli, que si ya estaba todo escrito, que si sin portátil no mola, que si este mundillo literario está corrompido, que si no sé escribir… Total, que lo dejé.

Y me vine a Barcelona con la ilusión de ser diseñador. Logré que mis padres se gastaran un pastón en un Mac y me plantifiqué en la ciudad del diseño. Me dejé coleta, perilla e incluso me dejé gafas de pasta. Me imbuí de diseño, supuraba diseño por los cuatro costados: Lucas, Juan, Mateo y Sur. Hice mis pinitos en el váter de la escuela de diseño. Pero acabé dejándolo, porque el diseño ya no es lo que era, hoy quien no diseña es porque no quiere, eso lo hace todo el ordenador y hasta el más tonto hace relojes.

Y me hice relojero. Pero lo dejé porque no tenía tiempo.

Y porque descubrí el maravilloso mundo de los blogs. Este mundo es maravilloso, tú escribes o diseñas lo que quieras, a la hora que quieras, y lo cuelgas. Y la gente entra, te dice cosas bonitas que aceptas y contesta, te dice cosas feas que borras de la lista de comentarios. Me lancé de lleno y creé no uno, sino quince blogs. Y me hice famoso, la gente me paraba por la calle: oye,¿tú eres el de los blogs? Y yo les decía que sí, les firmaba autógrafos y a algunos les daba azotes en el trasero, formando mi logotipo.

Vosotros habéis sido testigos de mi ascenso. Vosotros sabéis que no es que se me hayan subido las burbujas del éxito a la cabeza. Sabéis que sigo siendo el mismo de siempre. Pero que soy un inconstante. Por eso no escribo tanto. No porque no os quiera, no porque me aburra, no porque no tenga tiempo, no porque haya perdido los brazos en el casino, no. Es porque soy inconstante. Y me tenéis que querer así. Como soy.

Inconstante.


Estoy intentando quitarme, pero es lo único que no consigo dejar.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

oye tu, inconstante, si tu, el de la perilla, la coleta y las gafas de pasta, que aquí estoy yo haciendo fotos como un poseso japones a todas horas no para que me vengas tu de inconstante (he puesto alguna coma?). Que yo a final de mes quiero cobrar igual que antes, incluso más, así que no te inconstantes tanto y a trabajar, que para inconstantes ya estan los del futbol.

urodonal dijo...

La inconstancia es la madre de todas las virtudes. Si Hitler hubiera sido inconstante, a buena hora iba a montar el pifostio que montó

- ¿Invadimos Rusia o qué?
- Pues es que me he cansao de la guerra, ahora soy pacifista. Envíele doscientas toneladas de chucrut a José y disolvamos nuestro ejercito.

Tampoco existirían las religiones

- Hoy toca predicar
- Y si echamos unas cartas?
- Amén

Y en fin, los asesinos nunca serían en serie, los culebrones serían de tres capítulos, las oposiciones a notario serían un examen psicotécnico, ... etc,etc (bendito el pavo que inventó lo de etc etc, la herramienta preferida de los inconstantes)

Anónimo dijo...

Ser inconstante no es malo. Ni bueno. Es ser inconstante. Iba a escribir un a respuesta más larga, pero hoy en los periódicos se comenta que Rafael Azcona ha decidido dejar de vivir, el muy inconstante, y ha pensado que muerto se estaba mucho mejor.

Yo, que soy un inconstante que nunca dejará de admirar a la gente con ese talento, creo que esta gente no debería hacer esas cosas. Vivimos en un país sin tip, sin coll, sin fernán gómez, sin gila y sin azcona.

Normal pues, que haya la mala leche que hay.

Mañana más.

mewell dijo...

yo estoy de acuerdo en parte con todo esto, perdona, mmm un momento...

mewell dijo...

...ya está, oye, pues sí que estás inconstante xiquet. Ponte la pilas, no me hagas bajar a tu pueblo a darte un coscorrón, comerme una paella, tomarme unos gintonics... a que bajo otra vez!

Verónica dijo...

Joder, qué texto! Me he quedado con cara de huevo, así con la boca caída hacia abajo.
Si fuéramos constantes sería un aburrimiento, y tú no habrías sido futbolista, baloncestista, diseñador, cajero...y ahora no estarías aquí.
Y eso sí sería una mala noticia.

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Querido mewell, sabes que puedes bajar a mi pueblo siempre que quieras, que para eso me lo compré, para que te dejaran entrar en alguno. De lo de la paella, gintonics y demás, no se hable más, estáis todos invitados, salvo los que seáis de mi pueblo, que no es plan.

Verónica, bienvenida al blog. Siento que se te haya quedado cara de huevo, pero piensa que peor es lo nuestro, que ya la llevamos de serie.

Ser inconstante mola. De hecho mola más que ser David Meca. Y de esta forma tan sutil, he enlazado con el post de más arriba.

A veces tengo cosas de genio total, ché.

Oishi dijo...

Viste "Ladron de Orquideas"? o en inglés "Adaptation". Es nuestro caso.
Me pasa mucho comoa ti. Pero yo lo admito como parte de mi signo: Sagitario. Tiramos flechas, vamos por ellas, y las volvemos a tirar.
Es verdad, al final no destacamos como extraordinarios en nada, pero al final sabemos un poquito (muy poquito, casi nada) de todo.
Somos como hombres renacentistas venidos a menos (o al menos así me gusta pensarlo.)
Saludos ;-)