miércoles, 31 de octubre de 2007
Homenaje a "los Liantes" 2/3
Volvamos a la película. Tras una acertada y divertida presentación de los personajes, se pasa de forma más que patillera a lo que será la trama del film. Eduardo se entera de la llegada de un millonario supersticioso al casino. Y con Fidel planean una acción que haría las delicias de los guionistas de Ocean’s Eleven: le hacen creer al señor que Amador es un hombre elefante, que da suerte a los que le rodean, sin que éste lo sepa, porque le gustan mucho las mujeres y puede echarlo todo a perder. Sí, ya sabemos que no tiene ninguna coherencia, pero es así y no seremos nosotros quienes lo critiquemos, que esto no es una tesis, es un homenaje, qué caramba.
Por causas aún más retorcidas, el plan funciona, el rico gana, Amador descubre que tiene poderes y Fidel cree que con este último golpe podrá retirarse de esta vida de aventura y casarse con su mujer, la cabaretera que intenta llevarlo por el buen camino.
Pero, mira por dónde, la obsesión de Amador por las mujeres lleva al traste todos los planes (para que luego digan que don Mariano hacía los guiones como si tal cosa) y los liantes descubren la fugacidad de la felicidad y que el dinero fácil, tan rápido como viene, se va. Por lo que tendrán que seguir dándole al ingenio para seguir sacando adelante su atribulada y divertida existencia.
La película acaba de una forma no demasiado romántica: el último pelotazo de Amador y Fidel consiste en vender a la mujer del último y al resto de sus compañeras del cabaret a unos magnates árabes, demostrando que ni siquiera los petrodólares puede ganarle a la picaresca española.
(continuará...)
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