Asunto: Re: Re: Re: Enlarge your penis now!
Vicente, esto se derrumba. Y no es que la cantante del grupo se haya comprado una comba. Es peor.
Todo comenzó cuando asistí a una exposición de arte moderno de esas que va gente con jersey negro de cuello alto y pasean durante horas con una copa en la mano sin beber y cuando hablan entre ellos dicen palabras como “cosmovisión”. Me hallaba yo intentando entender la profundidad de un cuadro abstracto tocándome el mentón como si tuviese ahí el cerebro cuando una mujer de rasgos orientales, edad avanzada y pelo corto se puso a mi lado y me dijo:
- Eso que lleva usted 15 minutos mirando es el cartelito de salida de incendios.
- Eh… ya, ya, es que le he notado una cosmovisión que ríete tú de la angustia vital. Poliándrico, que es gerundio.
- Oh, veo que entiende de arte.
- Es que soy artista. Hago de palmero en Mocedades.
- Yo también soy artista. Conceptual. Hago cosas raras que nadie entiende y todo eso. Canto, escribo, pinto y hago videoarte. Y si me pongo, tricoto unas rebecas de lana fetén.
- ¿Y de eso se vive bien?
- De donde más pasta saco es de la empresita de internet, telefonía y televisión. Hacemos ofertas conceptuales, dices que cuesta 13,99 al mes y luego les cobras 89 euros.
- Conceptual, muy conceptual.
Sin comerlo ni beberlo (la copa se había recalentado), nos hicimos novios. Un par de días después yo ya tenía barba y melena y posábamos desnudos en una cama de la habitación de un hotel para pedir la paz en el mundo. Y cuando se fueron los fotógrafos, empezó a malmeter: que si el alma de Mocedades soy yo, que qué sería del grupo sin mis palmas, que si deberíamos hacer algo más expresionista, que si esto, que si aquello…
A los chicos del grupo ella no les caía bien. Me decían que era una buscona, que lo único que quería apartarme de ellos, que se aprovechaba de mí, que si las chinas ya se sabe…
La cuestión es que a mí plim porque nunca escucho lo que me dicen. Hago como si sí, pero no. El maravilloso truco de decir ahá cada 28 segundos nunca falla. Y así puedo aceptar a todo el mundo tal cual es. Bien sabe usted, amigo Vicente, que soy un tipo con tragaderas, paciente, condescendiente (a la par que elegante) y que no se mete con nadie ni en un ascensor.
Pero hay una cosa que me molesta sobre manera: que me disparen a bocajarro.
Es que no lo soporto, me pongo de un rabioso que es que pillaría al tipo y le increparía con improperios soeces o le presentaría a Pablo Motos. Pues oiga, aquí en los Estados Unidos la gente tiene esa manía. ¿Pues no me sale un tontolaba gafotas en el portal de mi casa y me dice que me he vendido y que Mocedades ya no es lo que era y que patatín patatán (ahí ya estaba yo diciendo ahá) y se saca una Stradivarius del 76 y percute el gatillo y me mata? ¿Será cretino?
Mientras yacía haciendo un redondelito de sangre en un suéter de lana que me había regalado mi novia pensé “¡quién me mandaba a mí venir aquí a morirme! Y encima, sin saber cómo acaba Perdidos! ¡Esto no puede quedar así!”
Dicho y hecho: me levanté mientras los turistas me hacían fotos, me puse un dedo en el agujero y andando como Fraga llegué a casa, entré en el baño mientras de fondo oía los gritos de la china porque le estaba poniendo perdido el loft y con un cortaúñas me extraje la bala, hice un collar y se lo regalé a la moza con una notita romántica que ponía “All you need es una patada en la entrepierna, snob amarilla.”.
Con una tirita superabsorbente en el pecho me fui al estudio y les comenté a los Mocedades que tendrían que cambiarse el nombre, porque yo lo dejaba (la “c” es por mí y Moedades no queda bien) así que les propuse “El consorcio”, que tampoco estaba mal. Y ahí se quedaron, ensayando la versión country de “Mis lágrimas me saben a ti”.
En la Quinta Avenida pillé un taxi y le dije:
- A España.
- Querrá decir Grecia.
- No, no, siempre nos confunden. Nosotros somos los de los toros. Y ellos los de los minotauros.
- Ah… es que últimamente parece que la situación económica de ambos…
- Ahá.
Mientras escribo esto en mi portátil, vuelvo a sentir la dulce sensación de pasear de noche por la Diagonal. Vuelvo a ver extranjeros dando vueltas a rotondas en otros taxis, gente con zapatillas que no puede entrar en las discotecas, al alcalde intentado votar aún por la opción b y a mucha, pero mucha gente que celebra algo.
Y una de dos, o el Barça ha vuelto a ganar la liga, o os habéis vuelto a acordar de mi cumpleaños.
Qué tontos, no teníais por qué.…