- Tanto usted como usted tienen el mismo problema: sobrepeso. Les receto que hagan deporte, mucho deporte.
Esta frase del médico me dejó bastante preocupado por dos motivos:
a) en la farmacia me dijeron que no tenían deporte, que eso lo tiene que hacer uno solo.
b) al médico había ido yo solo.
Tenía que hacerme el ánimo: si quería eliminar mi problema de peso del que ya les hablé en el post anterior (si no me creen bajen el cursor un rato y verán) tenía que moverme y hacer ejercicio. Así que me apliqué la frase que hizo famosa el gran deportista Diego Maradona: "todo es ponerse", y me lancé de lleno a este ignoto mundo del sudor y el contacto físico sin (en principio) objetivo sexual.
Lo primero era encontrar el atuendo apropiado. Busqué en mi armario ropero estilo Luis XVI y encontré mi chandal verde con los hombros rosa que me costó 3.000 pesetas de la época en el Prica de la época (suponiendo que tanto las pesetas como el Prica hayan marcado una época, claro). Me calcé mis zapatillas Paredes con doble (y sí, he dicho bien, doble. Uno, cuando es por la salud, no repara en gastos) cierre de belcro y bajé en ascensor (no es plan de lesionarse) al kiosko más cercano.
- ¿Qué? ¿A hacer deporte?
- Hay que estar en forma. Deme el Marca.
Y subí al sofá.
Si uno va a hacer deporte, digo yo que tendrá que saber cuántos hay, ¿no? Pues eso, que eché una ojeada y ya sabes qué pasa cuando uno lee artículos tan profundos, que aparece por ahí como quien no quiere la cosa Morfeo con esos brazos tan musculosos que te dicen ven que te acurruco y uno, que es de naturaleza débil y al que los colores estridentes del chándal estaban dañando los ojos, pues decidió cerrarlos un poco y echar una cabezadita, que si bien es cierto que adelgazar no adelgaza, tampoco engorda.
Oiga, mano de santo. Tres días después me desperté con una vitalidad que ríase usted de esos jóvenes que se toman pastillas de colores los sábados por las noches. Así que decidí empezar a lo grande y me dirigí al estadio de fútbol, donde estaba a punto de jugar un partido importantísimo la selección española. De fútbol, claro.
- Hola, ¿sois justos?
- Hombre, pues no, se nos acaba de lesionar uno. ¿Quieres jugar y ser internacional ante más de 95.000 personas?
- Venga, pero no vale tirar fuerte.
- ¡¡Eh, eh!! - espetó un joven que también por allí andaba - ¡Que yo estaba antes!
- Lo siento Raúl, que tú no juegas, que preferimos a este gordito.
Y así fue como debuté frente a Brasil en la semifinal del campeonato del mundo. Sí, está bien, ganas mucho dinero, viajas y todo lo que quieras, pero digan lo que digan, los partidos en el plus se ve mejor. Y me retiré en busca de otro deporte.
Probé con el baloncesto, pero cogía demasiados rebotes. Que si las cheerleaders van demasiado destapadas, que si el aro es muy pequeño, que si a los tíos de 2,15 les huelen los pies... siempre estaba enfadado. Así que volví a cambiar y me fui al club de tenis a preguntar a ver a aquéllo cómo se jugaba.
- Es muy fácil, yo te tiro la pelota, tú me la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves, yo la tiro, tú la devuelves... aunque no sepas jugar mucho, yo te aconsejo que pruebes. Así sales un poco de la rutina.
Si hubiese sabido cómo se hace, habría salido corriendo.
Nada, que no había forma de encontrar mi deporte. Probé con el curling, el voleibol femenino, hockey sobre patines fisher price con música, petanca indoor, ciclismo (¡qué pedal!) y un sinfín de deportes más aburridos que un libro sin fotos de Lucía Echevarría o con fotos, pero de Lucía Echevarría.
Ya me iba cabizbajo para casa pensando que no había esperanza y que no iba a ser un gordo asqueroso toda mi vida cuando me crucé con un chico con bronceado de haber estado una semana con gafas en la nieve, traje de neopreno, brazos largos, pegatinas de Plátano de Canarias por todo su cuerpo, gorrito de plástico y un aspecto global que parecía como si te dijera: pégame, pégame. No sé si me explico.
- Tú, ¿qué haces vestido así?
- Retos. Me marco retos y los cumplo.
- Ah. ¿Y?
- Vivo de eso.
- Y eso, ¿le importa a alguien?
- A alguien normal no, pero a los medio sí.
- ¿Y se vive bien?
- De categoría.
- ¿Y eso que haces tú cómo se llama?
- Deporte. Soy un gran deportista.
- Cáspita.
Ahí vi claro cuál era mi camino. En agradecimiento, regalé a mi nuevo amigo un juego de pesas de 500 kilos que até a su cuerpo para que no lo perdiera, le di un empujoncito al mar para que practicara su deporte favorito y me vine para casa, a pensar en un reto que atraiga la atención de la gente y que me permita vivir de gorra durante un tiempo.
Le pedí consejo al Capitán y tras árduas deliberaciones, ya tenemos el reto: llegar a las 100 entradas en este blog.
Es duro, es cansado, se sufre mucho, pero alguien tiene que hacerlo.
A ver si lo conseguimos.
8 comentarios:
Jo.... pues le han quedado a usted por probar las canicas! que gran deporte...
100 entradas? wow!!! animo!!! que con las risas que me he hechado con esta crónica deportiva tengo la sonrisa ya para todo el día :D
una entrada mas y un comment mas... todo sea porque no te rindas en este nuevo deporte!
Querida srta. M, puedo asegurarle, e incluso tengo unas fotografías que estarían encantadas de así afirmarlo, que Vicente hizo un intento con las canicas. Bien es sabida la nula flexibilidad de Vicente y su incapacidad de doblar las rodillas más de los 60 grados, los del reposapiés del sofá. No así, hay que reconocer que a Vicente siempre se le han dado estupendamente los deportes de barra fija, deporte al que se dedica con pasión y que le ha provocado diversas lesiones a lo largo de su carrera. Tanta afición por levantar copas de la barra a acabado con un dolorosa lesión de codo de tenista.
Un saludo a las dos.
Como dijo el gran Marcello Mastroianni, entrevistado por una joven siñorina:
"Jamás he hecho deporte. El único ejercicio físico que he hecho en mi vida es ése en el que está ud. pensando".
Por cierto, la foto de Judith Mascó en la portada del "Sports Illustrated" UNA MIERDA al lado de la que ilustra sus reflexiones.
Enhorabuena a los dos.
Modelo y fotografo.
super, espero que llegues algún día a la final del campeonato del mundo de cría de canarios.
jeje... prometo leer mas y mas... me encantas... ainsss. por fin he renovado... dime cosicas. un besote
A mí lo de las Paredes con doble velcro me ha llegado, aunque he echado en falta los calcetines con dos raquetas cruzadas y los rockys falsificados marca Peebok o Adidash. Por cierto, no iba usted a cruzarse conmigo o no sé que historia me contaba mientras probaba los auriculares de mi nuevo i-pod?
Queremos menos entradas en este blog y más salidas, si puede ser que estén buenas y sean facilonas. Abrazos y tocamientos.
Ya solo te quedan ocho, ánimo.
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