miércoles, 23 de abril de 2008
Una explicación a muchas cosas
Dénia, una tarde a finales de 1976. En el interior de una casa modesta, una mujer joven y bien reguapa acaba de limpiar los platos en la cocina (dónde si no). De pronto, una música la sorprende. Viene de otra habitación. La del niño recién nacido. Suena una guitarra y una voz de hombre que dice algo así como mocita dame un clavel, dame un clavel de tu boca, que paeso no hay que tener mucha vergüenza ni poca.
¡¡¡¡Dios mío, mi hijo!!! - grita, tan fuerte que todas las vecinas la oyen por el patio de luces y sacan sus cabezas por las ventanas para ver qué pasa con tanto alboroto.
A toda velocidad, la mujer corre por el pasillo y de un portazo abre la puerta de la habitación del querubín, que está llorando en su cuna. Mientras, un señor hecho y derecho (y bien reguapo, no se me vaya a enfadar), vestido de negro, con una capa de la que cuelgan unas cintas, unas mallas que dejan poco a la imaginación y una guitarra con pegatinas de la Universidad de Granada se muestra sorprendido ante la violenta entrada de la mujer.
- Mujer, ¿qué te pasa?
- Pero, pero, ¿se puede saber qué demonios haces con el niño?
- ¿Yo? Pues, tú... me dijiste que...
- ¡¡¡De cuna, te dije de cuna!!!
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5 comentarios:
Qué risa! en vez de 1976 me he imaginado el 2008, y a un melenudo vestido de tuno!!! eh?
Sra Consorte, no deje que su imaginación le juegue malas pasadas. Yo nunca le haría eso a mi hijo. Yo le cantaría canciones de misa, que son las que yo me sé.
Un besote y gran finde!
Ya está! El niño era David Meca!! ¿ Me he llevao el jamón?
:D
O sea que la culpa es también de los padres, o ya no viene al caso?
seré egocéntrica??
por un momento pensé que estaba usted hablando de mi propio padre!!!
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