viernes, 29 de febrero de 2008
Estamos en campaña
Queridos camaradas: el JPG va viento en popa. Según las últimas encuestas, somos la tercera fuerza política del país y nuestro líder está entre los más valorados por su familia, que lo encuentran de lo más reslao y un chico excelente, aunque sigue dejándose la habitación desordenada (tenemos que mejorar en ese aspecto para ganarnos el voto de las madres con hijos díscolos). Tengo que reconocer que aún estamos a mucha distancia de PP y PSOE, pero no tiramos la toalla, está prácticamente nueva y eso con lavarlo se arregla.
Desde que anunciamos nuestra candidatura no han parado de llovernos parabienes. Para que luego digan del cambio climático. El JPG ya tiene su propio batallón de famosos dispuestos a luchar por un cambio en la política del país. Jaimito Borromeo, Fernando Esteso, Karmele Marchante y dentro del mundo de la física y la química, personalidades como Pocholo o Maradona ya han dicho que podemos contar con ellos para la fiesta del día 9. Por supuesto, estáis todos invitados a ella. Se celebrará en el mismo sitio que la celebre el partido que gane. Como de presupuesto vamos escasos, nos colaremos en la fiesta y montaremos la nuestra propia sin que se den cuenta. Si nos veis por la tele, nos reconoceréis si os fijáis en estos detalles:
Si gana el PP: seremos los que no llevemos la banderita de España en el cuello del polo, no llevaremos pulserita hippy en la muñeca y trataremos de morrearnos con Espe aprovechando la efusividad del momento.
Si gana el PSOE: nos reconocerás por no llevar chaqueta de pana, estaremos robándole a Ramoncín la cartera para repartirnos su parte del canon y trataremos de morrearnos con Espe aprovechando la efusividad del momento.
Si gana IU: ja ja, ja, tenemos una gracia que paqué...
De todos modos, reconocemos que nuestra entrada en el circo electoral ha sido tardía, por lo que nuestro propósito es hacerlo lo mejor posible y dar la campanada en las elecciones de 2012. Esa sí que será una campaña dura: por el PSOE, Pepín Blanco, para aprovechar la cada vez más creciente cantidad de gente que vota en blanco. Por el PP, Zaplana, para aprovechar el tirón de Obama y ser el primer presidente negro. Y por Izquierda Unida, que no quede.
Y allí estaremos nosotros, debatiendo, dando besos, prometiendo menos impuestos y más derechos. Confiamos que por esos días la niña de Rajoy tenga ya 18 años. Y conociendo el talante del Capitán, no nos cabe la menor duda de que se irá calentita para casa...
Buen fin de semana. Nos vemos en los mítines.
martes, 26 de febrero de 2008
ESPAÑA NO VA BIEN
Seguramente el seguidor diario de ésta nuestra bitácora se habrá percatado de que llevamos más de una semana sin decir esta boca es mía. De hecho, esa expresión no la decimos desde que se nos cayó un día la boca en el metro, no en la boca del metro, sino en el metro en sí, sí , sí, el metro, el de bajo tierra y la recogió un señor de ésos que hay en todos los vagones que siempre miran al suelo y por eso ven todo lo que cae. Y eso, que se nos cayó la boca y le dijimos que era nuestra y nos la devolvió. No me pregunten cómo se lo dijimos sin boca, que si no me enrollo y no habrá forma de continuar con este trepidante relato (nota mental: explicarles otro día a estos señores tan simpáticos el suceso de la boca que se nos cayó en el metro).
Sabemos que muchos de ustedes estaban preocupados ante nuestra ausencia y la posibilidad de que les hubiésemos dejado huérfanos de nuestro simpar ingenio e imbecilidad. No se preocupen, hemos vuelto.
Mas estos días no estábamos rascándonos las gónadas como muchos de ustedes nos han insinuado en los correos que recibíamos en la casa de vecino, sino en un proyecto que si todo va bien, cambiará para siempre la historia de España. Si todo va mal, seguirá como hasta ahora.
Hemos creado el JPG (Jóvenes Progresistas Guapos), el partido que ganará las próximas elecciones.
Si bien en un principio se barajó la posibilidad de que fuese yo el candidato y aprovechar así el tirón que tengo entre el sexo opuesto al mío (la G del nombre es por mí), decidí que prefería seguir en la sombra, y más ahora que viene el calor. Por eso desde el despacho que tengo debajo de una higuera nombre al Capitán Rumikel como el candidato a presidente del Gobierno por el JPG. Yo sería el presidente honorífico, mentor, ideólogo y delantero centro.
Nuestro partido se basa en el modelo francés. Inspirados en eso de la libertad, igualdad y fraternidad, convinimos que al igual que allí, el presidente debe estar casado con la tía más buena del país. Por eso nuestra primera norma al llegar al poder será obligar a Elsa Pataky a casarse con los miembros (con perdón) de nuestro partido.
Somos una agrupación de izquierdas. Pero de izquierdas de verdad, o sea zurdos. Nadie que bote el balón, escriba, se saque los mocos o se dé placer con la mano derecha opresora puede entrar por nuestra puerta, malditos burgueses. Si ganamos, España será un país siniestro. Total.
Tenemos ya las líneas maestras de nuestra actuación: En los próximos 4 años acabaremos con el paro (lo llamaremos ocio), fabricaremos más dinero (¿cómo no se les ha ocurrido antes?), detendremos el problema de la inmigración tirando chinchetas al mar para que se pinchen los cayucos e invertiremos en educación comprando gomas Milan de fresa para todos los escolares. Eso por no hablar de nuestra política social que obligará a los tenderos a vender peras con manzanas unidas y a los homosexuales a casarse por la Iglesia para que todos estemos contentos.
¿Cómo íbamos a enfrentarnos al tema vasco? Muy fácil: propondríamos a ETA la independencia del País Vasco, a cambio de que se quedaran con Ramoncín. Inmediatamente dejarían las armas, tras volarse las sienes (o doscientas, depende del recinto del local).
Con el programa bien aprendido, el Capitán acudió a su primer debate con Solbes a quien dejó K.O. literalmente cuando éste puso en duda su masculinidad guiñándole el ojo. Fue, nunca mejor dicho, todo un golpe de efecto ya que desde entonces nos ganamos el cariño de la COPE y la admiración de todos los jóvenes con pelo cortado al estilo cenicero, chándal y coche tuneado. Una vez más, la revolución comenzaba en las universidades.
El Capitán ha estado ganando cada vez más puestos en las encuestas. Estamos ya por delante de Izquierda Unida. Que sí, que sí, que Izquierda Unida se presenta. Lo juramos, ché.
No nos detenemos con lograr representación parlamentaria, sino que queremos ir más allá, llegar a gobernar este país que se resquebraja por la estulticia de unos y la soberbia de otros. Cuando ganemos, quitaremos todas las palabras que no sabemos qué significan del diccionario. Si no ganamos, esconderemos los diccionarios.
Puede que el día clave sea el próximo lunes. Nuestro plan consiste en disfrazarnos de Olga Viza y suplantarla para que, en pleno debate, el Capitán surja en las pantallas de todos los españoles y de los catalanes y de algunos vascos, explique nuestra gran promesa electoral.
Si quieres saber cuál es, o te haces del partido, o te esperas al lunes.
¡POR UNA MEJOR IMAGEN, JPG!
lunes, 18 de febrero de 2008
Tensión, dramatismo y lucha de fuerzas y cejas.
Interior noche. La escena se produce en la casa de Ana Belén y Víctor Manuel, una humilde morada (no había otro color) de unos 500 m2, sita en barrio obrero de la Moraleja. Sentados junto a una chimenea de sólo 2 metros de ancha, los más preclaros intelectuales de la sociedad española y Miguel Bosé tratan de salvar al país de caer en las fauces del Marianismo, una peligrosísima corriente ideológica que sumiría a la sociedad en la imbecilidad. No como ahora, cuando el fútbol, los toros, la crónica rosa y el barriobajerismo político no tienen sitio en nuestro día a día.
Víctor: ¡Porque yo, que sé lo que es bajar a la mina, que me mezclo con la gente de verdad, no voy a consentir que vuelvan esos fachas! ¡El abuelofuepicadooooorrrrr!
Andrés V. Gómez: Sí, sí, Zetapé se preocupa del cine español, si no fuera por él, los productores independientes y alternativos como yo no tendríamos cómo ganarnos el pan y los Mercedes. Si viene Mariano, la gente no querrá ver cine español, ay, jamematen si viene Mariano.
En ese momento, se oyen unos golpes en la entrada.
Toc, toc.
Ana Belén: ¿quién es?
Rosa León y Paco Clavel: Una rosa y un clavel
Todos: ¡Abre la muralla!
Se abre una muralla y entran.
Echanove: hagamos un videoclip de apoyo a Zetapé. Nosotros somos el bastión cultural del país, arrastramos masas (y no lo digo porque cada vez esté más gordo) y somos tan importantes que podemos decidir el voto del pueblo. ¡Pues no somos progres ni nada!
Almodóvar: Sí, sí, ya estoy viendo el vídeo. Zetapé travestido, en una habitación con colores bien chillones, cantando “piensa en mí, cuando votes, cuando pagues el cánon, también, piensa en mííí…”
Concha Velasco: Ay, no sé si me he meado por lo buena que es la idea o porque tengo pérdidas de orina.
Sabina (con voz de moco): Ana Belén, eso que había en el baño, ¿qué era?
Ana Belén: Talco.
Sabina (limpiándose unas pizcas de polvo blanco de la nariz): Pues tendrás que comprar más, no me he podido resistir.
Ana Belén: Mecachis. Bueno, entonces ¿qué? ¿Nos convertimos, modestia aparte, en la luz que guíe al pueblo ignorante hacia el mundo de las ideas, de la alegría, de la bonanza, de la cultura y del saber hacer o dejamos que ellos, en su infinita subnormalidad se estrellen y voten a Mariano, sumiendo al país en un caos infinito del que nunca jamás podremos volver a salir?
Serrat: Yo creo que es mejor explicarlo así que no decir que estamos defendiendo nuestro canon y nuestras subvenciones y nuestras actuaciones en la tele y tal, ¿no?
Norma Duval: A mí, esos pedigüeños artistas que piden el voto para el PP a cambio de salir en las galas de los sábados, es que me dan un asco que los mataba…
Víctor: Sí, sí, defendamos la alegría. Y como ejemplo, yo, que soy un tío más salao que el mundo. ¡¡Viva la alegría, viva el tronío de Zetapé el alegre!!
Todos (mientras de fondo suena el americanos, os saludamos con alegría…): ¡¡¡Viva!!! ¡¡¡Abajo la ignorancia!!! ¡¡Paletos, votad lo que os digamos!!
La cámara, en un zoom inverso, se va alejando de la acción, aunque nos da tiempo de ver cómo en ese momento de gran alboroto, las tres trabajadoras dominicanas del servicio entran con unos canapés de caviar que son devorados por todos menos por Sabina, que prefiere esnifárselos…
lunes, 11 de febrero de 2008
Cosas Nostras
Entré en la mafia de la manera más tonta: estaba leyendo ofertas de trabajo y había una que decía: “Empresa familiar en expansión busca matón y extorsionador. Se valorarán conocimientos de italiano, metralleta propia y sombrerito de ala corta. Posibilidades de ascenso. Imprescindible antecedentes.” Pensé que se trataba de una broma y como soy todo un cachondo, llamé y les dije que yo era su hombre. La entrevista se produjo en una habitación oscura, atado a una silla y con un flexo en la cara. Me hicieron mil preguntas, pero no solté prenda. Sólo quedamos tres finalistas para la prueba final, que consistía en deshacerse de los otros dos sin rejar rastro. No tuve elección, así que descuarticé a uno con el cortauñas y tiré al otro al mar para comprobar la calidad del nuevo calzado de cemento que estrenaba el pobre hombre. El puesto era mío.
He de admitir que al principio tenía mis dudas morales sobre lo que hacía. Pero después te paras a pensar y te das cuenta de que es un trabajo como otro cualquiera, no menos ético que ser, por ejemplo, publicista, médico o trabajador de una ONG. Así que le fui pillando el gustillo a eso de ir por las tiendas reclamando las deudas, reunirme con la gente del ayuntamiento para cobrarme favores electorales o hacer horas extras por las noches en los clubes de la familia.
Lo que más me costaba eran las advertencias. Sí, ya sabes, eso de meter la cabeza de un caballo en la cama de alguien para acojonarle. No sé, quizás fuera por mi pasión por Waku Waku, pero matar animalillos siempre me ha parecido cruel. Así que metía al caballo entero con la cabeza del jockey. Acojona más y no te dicen nada los de las protectoras de animales.
Y así, poco a poco, fui formando parte de la familia. Me casé con la hija del Padrino, en parte por amor, en parte por interés, en parte porque la dejé embarazada, en parte porque el cura aguantaba la biblia en una mano y una recortada apuntándome al corazón en la otra.
De eso hace ahora veinte años. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ahora mando yo de todo. Ha sido suerte porque cuando ametrallaron al Padrino yo estaba en Las Vegas. Y porque no subí al coche bomba que llevaba a mis cuñados. Y porque las demás familias supieron dónde vivían los hombres de confianza de la familia. Y así he llegado donde estoy, a lo más alto.
Pero quiero dejarlo. Esta vida estresa mucho. Y mis hijos están más que preparados para coger el testigo. Por eso quiero retirarme y ocupar el puesto que me corresponde. Sé que usted me debe algún que otro favor y sé que accederá a darme el puesto que le pido. No quiero que se vea presionado sólo por el hecho de que mis hombres estén violando a su esposa y a su hijo en esa habitación. No tiene nada que ver, de verdad. Eso lo hacen para liberar tensiones, ya le digo que esta profesión es muy dura.
Ya está bien de charla, que me quedo afónico enseguida. Así pues, ¿qué? ¿Le parece bien la alcaldía de Dénia o tengo que empezar a cortarle ahora los dedos de los pies?
martes, 5 de febrero de 2008
El final del misterioso caso del Capitan Rumikel
Diario de bitácora:
No podía dormir. Quizás fuese por pensar que el pobre Capitán estaba por esos mundos de dios. Quizás porque ya eran las siete de la tarde y llevaba 19 horas seguidas en la cama. La cuestión es que me levanté decidido a poner fin a este secuestro. Marqué el número de Chávez para instarle a que hiciese de intermediario, pero no quiso porque se me escapó que el Capitán al capitán le gusta Elvis, y que con monárquicos no quiere saber nada. Tampoco Nicolás Sarkozy me prestó su ayuda. No le sentó nada bien que antes le pidiera prestada a su flamante esposa (se acababa de duchar).
Era mi caso y lo tenía que resolver yo. Decidido, me encaminé de nuevo hacia su casa, en busca de pruebas y de algo para merendar. Utilizando el viejo truco de introducir un instrumento metálico con punta dentada que permite activar el mecanismo que abre y cierra las cerraduras y que en el argot policial llamamos “llave”, conseguí entrar en su guarida. Un enorme desorden, un hedor insoportable, varios ejemplares de “El Mundo Deportivo” junto a la taza del váter… todo parecía normal. Sin embargo, mi perspicacia detectivesca llevó mi mirada a una nota tamaño camiseta de Falete que ocupaba toda la pared del salón. Una inscripción en clave que decía “Calle de José Luis Carod, 13”. ¡Touché! Tenía una pista. A toda velocidad a lomos de mi caballo Vicentepedro me dirigí a esa dirección. En el número 13 había un bar llamado “La ostra azul”. Música de Barbara Streisand, un intenso olor a mermelada y un montón de hombres con bigote. “Deben hacer fútbol esta noche”, pensé, y para integrarme en el ambiente alcé la voz para decir “a esos querubines hoy les vamos a dar por el culo”, y todos me miraron y asintieron. No había duda, eran del Español. Pedí un Licor 43 rebajado (de precio) y me intenté ganar la confianza del camarero. Oye, le dije, ¿has visto alguna vez a este chico?, le pregunté mientras le mostraba la foto del Capitán en la que sale bañándose en Palomares con Fraga. No, pero si subes a ese cuarto oscuro, quizás veas algo que te interesa. Así lo hice.
Allá arriba me esperaban unos cuantos hombres perfectamente camuflados de mujer.
- Chicos, ¿sabéis algo del Capitán?
Minutos después salía del local con la certeza empírica de que el ano es un músculo de lo más flexible, con varios amigos para toda la vida, con la duda del resultado del Español y con una pista que me dijo el más fornido cuando me agaché a recoger una cosa que se les había caído: el conejito está en la madriguera.
El conejito está en la madriguera. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Rápidamente hice las maletas y salí en el primer avión hacia Los Ángeles, en Estados Unidos. Subí a un taxi y espeté: ¡rápido, a la mansión de Hugh Hepfner!
¿Cómo sabía que el Capitán estaba allí?, se preguntará el avezado lector. Para serles sincero, les reconoceré que no lo sabía. Pero no iba a dejar pasar una oportunidad así de visitar la mansión de Playboy con todos los gastos pagados por las donaciones hechas a este blog. Llamé y me recibieron dos fermosas damiselas con evidentes signos de hiperventilación pectoral y de escasez de prendas de vestir (maldita crisis bursátil). Entré y mientras me dejaba invadir por la famosa hospitalidad americana, recibí un mensaje en el móvil: “Soy el capitán, ya estoy en casa. No me han torturado, se han cortado ellos las orejas para no oírme. ¿Quedamos para ver el fútbol?”
No contesté, porque cuando metes el teléfono en un jacuzzi, tienes dos serios peligros: uno, que se te moje y se rompa. Dos, que con el burbujeo y el jugueteo, se te pierda por vete tú a saber dónde.
Con la satisfacción del deber cumplido (entre otras), doy por finalizado este caso. Y a otra cosa, mariposa.
viernes, 1 de febrero de 2008
Sin noticias de Ru
Era una falsa alarma. A pesar de que la agente Stop lo había hecho con toda la buena voluntad del mundo, no era al Capitán Rumikel al que encontró, sino a un sinfonier de pino macizo, estilo Luis XVI. No es la primera vez que los confunden. De hecho, los padres del Capitán tienen uno en su casa y lo tratan como si fuera su propio hijo.
Ya que estaba en los Pirineos, decidí hacer un poco de turismo y visitar la Alhambra. Allí recordé las palabras de Boabdil: “ahora cuando puedas, pasa la cachimba, por favor”. Y las que le dijo su madre cuando perdió Al- Andalus: “llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. “No lloro como una mujer, mamá, es mi voz, que la tengo como el cantante de Communards.”
Inmerso como estaba en la historia de mis antepasados (me llamo Boabdil de segundo apellido), no me percaté que alguien había metido una nota en mi gabardina. Lo noté por el peso de la máquina de escribir que acompañaba al folio. También había una fotografía que demuestra bien a las claras que quien no tiene una cámara de fotos es porque no quiere.
Les transcribo a ustedes el contenido, por si descubren alguna pista en las palabras. O leyendo entre líneas. O rociando el ordenador con un limón y quemándole la parte de atrás de las pantallas. Como ustedes vean, yo ahí no me meto:
“Esto es un comunicado de secuestro. Y esto es mi amiga, que tampoco baila. Les comunicamos que hemos secuestrado al Capitán Rumikel. ¿Ven como sí que es un comunicado de secuestro? Es que no sabíamos si llamarlo así o “amenaza trepidante” e incluso algunos querían llamarlo “macedonia de letras”, pero al final nos hemos decidido por “comunicado de secuestro”, que queda mucho más serio.
Somos una banda de tremendos delincuentes. Somos más fieros que Jiménez Losantos en un local de ambiente y más sanguinarios que la primera regla de Montserrat Caballé. Y tenemos al Capitán retenido. Lo hemos tenido que amordazar porque no paraba de contarnos que si él los viernes envía una canción a sus amigos y que si nos puede hacer una foto, que si nos pagamos una cerveza, que es fin de semana….
Para que alguien sepa que está secuestrado, nos ponemos en contacto con usted para mandarle una foto y así de paso les adjuntamos el “comunicado de secuestro”. O sea, esto.
Si no deposita en nuestra cuenta corriente un millón de euros en billetes no correlativos, nos veremos obligados a torturarle. Primero hemos pensado en hacerle hablar castellano. Luego, le vestiremos de flamenca. Y si sobrevive, le llevaremos a un mitin del pp, con un polo con la banderita de españa, el pelo engominado, suéter sobre los hombros, pantalones de pinzas y zapatos náuticos.
Si quiere ver a su amigo, ya sabe, queremos el dinero. Si no quiere verlo, díganlo ya que el olor empieza a ser un poco insoportable.
Y si se le ocurre llamar a la Policía, dígale que justo al lado de nuestra casa hay unos vecinos con la música muy alta que nos molesta. Que con este ruido no puede uno ni secuestrar ni nada.
Ahora tengo dudas, cada vez me gusta más “macedonia de letras”….”
La verdad, este caso me está superando. No sé qué pensar. De hecho, no sé pensar. Quizás me tome unos días de descanso, disfrutando de las playas pirenaicas, del sol y de los mojitos típicos de esta zona. A mi mente le vendrá bien. Y al Capitán no le importará.
Total, este fin de semana no había quedado.
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