jueves, 9 de octubre de 2008

La belleza está en el interior.


Hay gente para todo. Menos para ver películas de Garci. Aunque tengo que reconocer que una vez vi un trozo de una. La parte de la izquierda de la carátula. Pero no es de cine ni de señores con barba (¿o no lleva barba Garci? ¿Qué lleva, qué diantres es eso?) por lo que he acudido a mi cita semanal con ustedes, sino para hablar de el desmesurado culto al cuerpo y a la belleza física que domina hoy la sociedad. 

Debido a mi profesión y a mis sedentarias aficiones soy un tipo que puede presumir de tener los músculos muy bien definidos: completamente fofos. Tengan en cuenta ustedes que la última vez que hice deporte estaban muy de moda los calcetines blancos con dos rayitas horizontales, una roja y una azul, en la parte de arriba. 

¿Adónde quiero llegar con esto? Pues no lo sé. Para serles sinceros, me he quedado atascado en el párrafo anterior y no se me ocurre nada gracioso para seguir escribiendo. Así que uso el truquillo aprendido en el curso de escritura para mequetrefes consistente es meter algo así como si fuera un pensamiento (¡un pensamiento! ¡yo!) en medio del relato y así haces tiempo mientras se te ocurre algo.

Ya lo tengo. Hay que ver lo bien que viene descansar de vez en cuando. Ahora lo veo todo mucho más claro, dónde va a parar.


Pues no, no sé cómo seguir.

Sé que quería decirles algo sobre lo mal mirado que está ser feo y asqueroso, sobre que la gente le da más importancia a que caigan chorretones de tu pelo y emitas un hedor corporal que tumbaría a las mofetas que a que te guste coleccionar aviones de papel. ¡Si es que nos quedamos en lo superficial! Y quería contar, a colación de todo esto, una anécdota divertidísima de un señor feo, pero feo feo, que le pasó nosequé que es que lo cuentas y todo el mundo se parte de risa, pero ahora resulta que no me acuerdo.

De hecho, no sé quiénes son ustedes y qué hago aquí. Y por qué estoy desnudo.

Lo que sí sé es que si se quedan en lo visual y no profundizan, si no dan una oportunidad al verdadero yo de las personas, puede que dentro de muy poco estén rodeados de top models y hombres musculosos, envueltos en vorágines sexuales y con el lujo y el desenfreno como motor de vida.

¿Y quién quiere eso, eh, quién lo quiere?

¿Eh?


¿Hola? ¿Hay alguien?








4 comentarios:

Anónimo dijo...

Síiiiiiii, aquí etsamos leyendo y riendo. Sigan asíiiiiii!!!

Anónimo dijo...

Me encanta la foto. Jamás vi gente tan fea. Deben tener un interior impresionante.

Anónimo dijo...

Suposo que un blog és quelcom per expresar els teus pensaments, les teves inquietuds, no?
Ho dic perque tu t'ho has pres al peu de la lletra. Mira que fotre un párrafu basat en el "no se me ocurre nada". Qué cabrón, qué llenador de espacio sin sentido, qué descaro, a dónde vamos a ir a parar, como está el mundo.
Ehh, però tot de bon rotllo, sin maldad, sólo con ganas de tocar la pera y ya está.

El superintendente Vicente y el Capitán RMK dijo...

Señor, cuánta maldad hay en vuestros comentarios, anónimo 2 y tupakerapaun. Pero son comentarios, y eso es lo que cuenta. Peor sería una patada en los testículos. O un testiculazo en las piernas.

Y al anónimo 1, gracias majo, es usted un auténtico señor estupendo, de los de tomo y lomo.